Mientras convalecía del accidente en el que falleció el actor Elmer Booth, Tod Brownig ("La Parada de los Monstruos", "Garras Humanas"), que conducía el coche y quedó marcado para siempre fisica y mentalmente, se dedicó a escribir guiones para otros. Uno de estos guiones fue el de "The Mystery Of The Leaping Fish", pelicula de 1916 dirigida por John Emerson y protagonizada por Douglas Fairbanks.
Este desquiciado cortometraje trata sobre un detective llamado Coke Ennyday (Coca a diario), que intenta salvar a una chica a base de drogarse y drogar a los demás. Coke, que va ataviado como un arlequín, tiene en su despacho un reloj que divide el tiempo en drogarse, beber, dormir y comer, y un tarro enorme de cocaína.
Cada vez que se mete un chute de su cinturon de jeringuillas, no se sabe bien de que, reacciona como Popeye cuando come espinacas, pero en feliz. Su estrategia para vencer a los malhechores consiste en arrojarles farlopa a la cara, en un desmadrado crescendo yonki, burla a la policía incluida, que concluye con el bigote de cocaína que se le queda a la chica tras besar a su benefactor.
Pocas películas deben de existir que traten el tema de las drogas de una manera tan carente de prejuicios, entre otras cosas porque la moral puritana y la censura fueron apoderándose tanto de la sociedad norteamericana en general como de la industria del cine en general y unos años más tarde se prohibiría mostrar en el cine el consumo de drogas y sus efectos. Cuando décadas después las drogas volvieron a la gran pantalla, normalmente lo hicieron acompañadas de unos juicios de valor de los que la cinta de Emerson carece.
Este es el cortometraje integro, con sus veinticinco minutos de "sana" diversión.
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